The bridges of the madison county, Clint Eastwood, 1995 |
(PT)
Longe vão os dias em que as petúnias e os juncos rodeavam as
bordas dos rios e as andorinhas anunciavam o nascer da Primavera. Longe vão
esses tempos em que os pardais esvoaçavam nas ramas das figueiras em busca de alimento
sombrio. Esse tempo em que brotava das sombras dos carvalhos os suspiros
despreocupados da criança descalça. Criança-menina. Menina-mulher. Na sombra
dessa árvore castigou a memória e deixou de sonhar. O destino caprichoso sempre
tropeça na escolha aleatória dos momentos. Demasiado tarde para mudar. Desconhece
que sempre que parte chora a ágora, ardem os polos, latejam de cansaço os
músculos dos dias.
(ES)
Lejos van los días en que las petúnias y los juncos rodeaban
los rebordes de los ríos y las golondrinas anunciaban el nacer de la primavera.
Lejos van esos tiempos en que los pardos volaban en las ramas de las higueras
en búsqueda de alimento sombrío. Esos tiempos en que brotaba de las sombras de
los robles los suspiros despreocupados de la niña de los pies descalzos. Niña-señora.
Señora-mujer. En la sombra de ese árbol castigó la memoria y dejó de soñar. El
destino caprichoso siempre tropieza en la elección aleatoria de los momentos.
Demasiado tarde para cambiar. Desconoce que siempre que parte llora el ágora, arden
los polos, tiemblan de cansancio los muslos del día.